El candidato del Gran Polo Patriótico para la alcaldía de Maracaibo pidió a dirigentes y movilizadores del Psuv, no intervenir en sus ideas y estrategias políticas. “Quien sabe de esto soy yo, soy yo quien se tiene que aguantar la pedidera de la gente, los empujones y los chaparrones”, esto durante una reunión al salir de un acto en el sector 5 de julio de la parroquia Cecilio Acosta, este martes.
Entre los llamados de atención que realizaron los dirigentes del Psuv destaca el hecho de que Miguel Pérez Pirela, en los desayunos que realiza cada mañana con familias de varias parroquias no come de los alimentos servidos en la mesa.
“Miguel se baja de la camioneta se sienta en la mesa, y luego llega Lucia –la asistente- con un plato de comida del Venetur y se lo sirve en la mesa, y la gente se ha dado cuenta de eso y se lo han reclamado, pero él incluso una vez le dijo a una señora que él no comía cualquier tipo de jamón”, señaló un candidato a concejal del Gran Polo Patriótico, que prefirió que no ser identificado.
Durante el encuentro Pérez Pirela, pidió a los candidatos a concejales buscar amigos que colaboren monetariamente.
“Todo el mundo pide, pide, y pide pero a mí no me dieron dinero para repartir, así que busquen entre sus amigos quien nos quiera financiar, ustedes deben estar más interesados que yo, porque yo el nueve estoy nuevamente en Caracas y en un ministerio”, dijo el candidato a puerta cerrada y en un halo de sinceridad con sus compañeros de campaña.
Mientras que la movilizadora María Eugenia González, respondía que con ese tono lo que estaba logrando era que la gente se molestará más.
“No puede usted candidato hablarnos así, porque usted no es Chávez, y acuérdese como le dijo la señora Aída Rodríguez en Balmiro León, que cuando usted le entregó las llaves de la casa le dijo que era usted y ella le recordó que esa casa se la estaba dando era el comandante y no usted”, sentenció la mujer.
Sin embargo, Pérez Pirela, insistió y dejó claro que la campaña la seguirá llevando a su estilo, lo que genero más malestar entre los militantes de la tolda roja.
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